¿Cómo nos ha afectado el confinamiento?
- Lic. Luis Anibal Velásquez
- 20 feb 2022
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 10 jul 2022
En promedio dos generaciones estamos viviendo una experiencia extraordinaria. Reconocimos lo veloz de las comunicaciones, la facilidad de la expansión de un virus, ampliamos nuestro lenguaje cotidiano. Cada día estamos en la expectativa ¿qué va a pasar?, si ¿el Omicrón es una esperanza? o ¿vendrá otra mutación más severa? La mayoría hemos entendido el valor de la vacunación, su ciclo de inmunidad, etc. De alguna manera, también, nos hemos relajado y hasta descuidado.
Hemos comprendido muchos cambios, nos adaptamos y la vida sigue. El Covid, un microorganismo que en mayor o menor intensidad nos está cambiando la vida. El relativo encierro, cada quien lo toma desde sus conocimientos o temores, hasta la ignorancia o el negacionismo que nos siguen dañando a todos. Dentro del campo de la conducta y del desarrollo humano tenemos cambios que debemos ponerles atención para que el daño no sea tan fuerte. Por naturaleza somos seres de manada, de grupo, nuestra mente se alimenta de la convivencia. El cerebro es el órgano social que necesita de los otros.
El niño necesita su grupo escolar para jugar, reír, competir, además de su buen apego emocional, necesita y se ilusiona por sus amigos, formando desde el inicio sus propias percepciones, su propia auto valorización.
El pre y el adolescente, además de su desarrollo y madurez psicosexual, biológicamente necesita de los otros, de sentir la maravillosa atracción de amistad y amor. La competencia, los juegos de lucha y poder, el madurar sus relaciones interpersonales configura su autoconcepto que quizá le marque toda la vida. La buena toma de conciencia de la comparación puede determinar una buena salud mental o desarrollar un narcisismo patológico o un concepto pobre, la interrelación es el reto de convivir con los iguales, con seguridad ya joven 17-25 años, madura sus funciones ejecutivas, comprende más el "que" el "para que" el "como”, desarrolla su vocación, hace el perfil ideal de su pareja, visualiza su futuro, los sueños los convierte en metas y formas, su propia autoestima que determinara los diferentes roles que tendrá en la vida.
El adulto joven, se formaliza, trabaja, se hace responsable, toma conciencia de sus deberes, el diario vivir lo lleva a manejar sus tensiones y a tener fuertes retos. Los cambios sociolaborales, ahora, son comunes que los dos roles pueden ser profesionales, trabajar para producir, la tecnología es para crecer, el teletrabajo cambió roles. Ser padres jóvenes hoy requiere otras responsabilidades.

Y, ¿que ha pasado de acuerdo a nuestras experiencias durante el confinamiento?
Los ansiosos se volvieron más ansiosos.
Aumentaron los ataques de pánico.
Crecieron las fobias.
Los trastornos obsesivos-compulsivos resaltaron.
Las famosas, y a veces pocas conocidas, enfermedades psicosomáticas (lo que la mente no procesa lo pasa al cuerpo) junto a las hipocondrías, llenan clínicas médicas.
La charlatanería y superstición aumentó.
Las perdidas afectivas nos dejaron vacíos emocionales, hay duelos no resueltos.
Hay personas que afortunadamente sobrevivieron, pero se quedaron traumadas.
Crecieron algunas patologías como el alcoholismo enfermizo, las adicciones.
En pocas palabras la psicología no solo tiene ese compromiso, sino involucrarse más para que la resiliencia nos haga salir adelante a todos.
Comments