Procrastinar ¿problema transitorio o problema crónico?
- Lic. Luis Anibal Velásquez
- 10 may 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 10 jul 2022
¿Por qué no termino lo que hago? ¿O sueño y no lo realizó? Solo recuerde: ¿cuántas veces ha proyectado algo, algo que de verdad puede cambiarle la vida económica, social o afectiva, pero lo piensa y lo piensa… lo hará y al final no lo hará? Piensa en reformar su casa, en concluir sus estudios, en determinar un proyecto y solo le faltan un par de cosas, pero algo lo interrumpe concluirlo y se queda siempre con algo pendiente. Imagine: está haciendo una pintura… Lo ve bien y de repente le salta a su mente un buen café, que debe limpiar la sala, o que tiene que llamar a alguien… Y sin darse cuenta, la pintura está ya casi por terminarse solo que hoy no pudo terminarlo.
Dejar pendientes o trabajos sin terminar no es raro; se dice que casi el 95% de la población siempre deja algo pendiente. La diferencia es que los que tienen alta motivación y se educan para concluirlo: inician, buscan cómo concluir la actividad o cerrar la emoción de definir y la terminan. Es simple, lo programan en tiempo y espacio y su prioridad es terminarlo.
¿Pero porque nos pasa? ¿Por qué dejamos las cosas sin concluir? ¿Cuánto ganaríamos si termináramos lo que principiamos?
Cuenta la historia que la maldición de Sísifo era subir una piedra hasta la cima del monte Olimpo, pero su condena era que ya casi llegaba y se ocultaba el sol y se volvía a caer la piedra. Su condena eterna era nunca terminar de subir la piedra.
Procrastinar es un mal hábito, que siempre dejamos a última hora lo que tenemos que hacer, cómo prepararnos para una reunión, un examen, un trabajo, una responsabilidad. Las clásicas expresiones que se oyen son: es fácil, en un rato lo hago, lo haré en la noche o mañana. Y lo que pasa es que ese futuro se nos acorta y siempre justificamos que lo haremos a tiempo. El resultado final termina siendo una improvisación o un trabajo mediocre.
Procrastinar es fácil, tal vez más de lo que pensamos. Sabemos que es importante terminar nuestras responsabilidades, tenemos tiempo y espacio, pero siempre aparece algo en nuestra mente y dejamos siempre lo pendiente. Se dice que hay algo que de dificultad por ser tedioso o pereza que justifica el procrastinar. Obvio, es más agradable tomarse un café o llamar a alguien que continuar con la tarea. Lamentablemente, nuestra mente es maravillosa para justificarnos, al final procrastinamos y sin querer, ya es parte de nuestra vida.
Reflexión
Qué se debe hacer para cambiar:
Reflexione si es procrastinador o no, si lo es, ¿con qué intensidad? ¿en qué área/con quiénes?
Haga una lista ahora de lo que debe hacer para cambiar la imagen que vende (procrastinador irresponsable)
Ya hecha la lista haga el cuadro de abajo:

Y puede darse cuenta que es más fácil dejarse llevar por las tentaciones o no hacer nada.
La decisión
Principie por lo más importante, luego lo más urgente y así sucesivamente, al principio le costará hasta que se reeduque. Siéntase satisfecho y felicítese, es importante verlo como un logro y no un sacrificio.
Evite que su cerebro se distraiga, siga su meta de terminar lo propuesto.
Su cerebro se aburre, se cansa, pero póngase tiempos. Si lo ve muy prolongada o larga la tarea, divídalo en intervalos de 20 a 30 minutos, o hasta 40 minutos. Hágase un descanso de 5 a 10 minutos entre cada intervalo completado, el secreto es que continúe.
Si ve difícil seguir, tómelo como un reto que vencerá.
Disfrute cada avance, disfrute cada paso y verá que es más fácil llegar a la meta.
Si no lo termina en el tiempo o el día programado prográmelo y cúmplalo. Actívese sin manejar la culpa.
Felicítese, relájese y programe bien su tiempo, al principio le costará, pero la constancia es el factor determinante.
Elimine la procrastinación y los resultados los verá en sus notas de estudio, en sus trabajos y en su superación personal. Recuerde: una modificación de conducta lleva entre 26 a 30 días continuos para que se vuelva parte de su vida.
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